LOS GUERRA MALASPINA EN VENEZUELA

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martes, 3 de diciembre de 2024

CARLOS, ESTUDIANTE AVENTAJADO.

 

CARLOS, ESTUDIANTE AVENTAJADO

 


 

 

Hermano Carlos, en tu último novenario quiero recordar con una sonrisa tus virtudes, como estudiante notable. Queremos evocarte siempre por tus mejores rasgos, intelectuales y espirituales.

1

Carlos fue un buen estudiante, tanto en el liceo como en la universidad. Al terminar el tercer año de bachillerato en Las Mercedes, empezó a estudiar en el liceo Juan Germán Roscio de San Juan de los Morros. Vivía en la residencia de doña Marina. Papá lo llevó hasta esa residencia. La señora Marina era una persona muy bondadosa que siempre estaba echando broma. A Carlos lo llamaba “el ganadero”, por las botas Frazzani que usaba. Doña Marina le decía a sus residentes “prosopopeyas”. Una figura literaria parecida a la humanización de la naturaleza, igual a darle cualidades propias de las personas a objetos inanimados.: el viento sopla, el reloj dice la hora, etc.  Creo que la señora Marina  leyó la palabra en alguna novela, y le gustó mucho su sonoridad y rimbombancia . Por eso la usaba a veces, correctamente; pero la mayoría de las veces, la empleaba sin ton ni son. Lo cierto, era que los residentes se reían mucho cuando la pronunciaba la dueña de la casa. Cuando Carlos se graduó de bachiller, y me tocó  a mí vivir en esa residencia, me dijo: “Te van a llamar prosopopeya”.

2

El Liceo Roscio estaba considerado uno de los mejores del país, por eso lo llamaban “liceo piloto”. Tenía muy buenos laboratorios y un bioterio bien surtido. Allí, Carlos tuvo como maestros a muchos profesores brillantes. Con Carlos recordamos a Marcos Peña Bouchard, que daba ánimo a los estudiantes que tenían alguna dificultad, con estas palabras: “El que tropieza y no cae, adelanta camino”. También decía que para rezar no era necesario ir a la iglesia, sino que se podía orar viendo hacia los morros de San Juan, porque, allí, en los morros, estaba Dios.

3

 El profesor Barragán, de Castellano y Literatura, siempre corregía a los alumnos: no se dice, habemos, se dice, somos o estamos. Otra de sus perlas era: no se dice aire acondicionado. Se dice: acondicionador de aire.  Carlos me contó la siguiente anécdota de Barragán: un estudiante se quitó los zapatos y le pintó las suelas.  Esas suelas llenas de pintura las pasó desde una pared hasta el techo. La idea era simular que alguien había caminado por esas partes, desafiando las leyes de la gravedad. Esa divertida travesura se hizo antes de la clase del profesor Barragán, quien al entrar y ver los pasos fantasmagóricos dibujados en el salón, dijo con asombro: ¡Caramba, no hay dudas de que aquí estuvo el hombre mosca! Frase que fue seguida por la carcajada de todos.

4

Carrero era el profesor de inglés. También era poeta y caminaba, distraídamente, pronunciando frases en inglés. En la clase hablaba solo en ese idioma. Al entrar al salón, colocaba los dedos de su mano derecha juntos y hacia adelante, entonces  decía: new material. Carlos lo imitaba igualito para hacernos reír, pero alargaba las palabras y arrastraba la “R": niuuuuuu materrrrriiiial.

5

En educación física tenía al profesor Eduardo Crespo Peraza, quien fue jugador de basquetbol en competencias nacionales. Se le veía siempre con un balón y sonriente. Era muy amable. Se encargaba   de la cartelera oficial del liceo llamada “Brújula”. La mitad de las noticias de Brújula estaba dedicada a los estudiantes más destacados del mes. Se colocaba la fotografía de los alumnos con las mejores notas. Arriba de esa galería estaba una inscripción:Cráneos del mes. Carlos apareció varias veces en esa sección del periódico-cartelera.

6

El profesor de física era Juan Manuel Ruiz que,  en los exámenes, dejaba a los estudiantes solos. Se salía del salón y se iba a tomar café. Pero antes decía: el que quiera, puede copiarse. Se reía, y remataba: ¿con qué nalgas se sienta la cucaracha? Carlos siempre le sacaba veinte puntos, por eso una vez, Juan Manuel Ruiz le dijo: tú, seguro, tienes un laboratorio de física en tu casa de Las Mercedes. Juan Manuel Ruiz le propuso a Carlos, y a otros estudiantes destacados, hacer un libro de física. El libro salió multigrafiado, y Carlos me dijo que “se vendió como pan caliente”. Esa guía de física es uno de las manuales más didácticos y sencillos que he visto. Casi todos los dibujos y gráficos fueron realizados por Carlos. Carlos era excelente en la materia dibujo técnico. Una vez le pregunté a Carlos  por la guía de física. Tenía en mente hacer una edición de ese libro, porque lo consideraba un hito histórico en el ámbito de la educación secundaria. Lamentablemente, Carlos me dijo que perdió el único ejemplar que le quedaba.

7

Carlos fue un estudiante chapado a la antigua. De esos que consideraba un reto de honor obtener altas calificaciones. Por las noches se subía hasta el Sanjuanote con una silla de extensión, una carpeta de gancho y un termo de café, en compañía de otros estudiantes. A veces, simplemente, se sentaba cerca de la casa de doña Marina, bajo la luz del alumbrado público, con sus libros y cuadernos. Desde aquellos tiempos estudiantiles se inició como docentes, pues le enseñaba física y matemática a los compañeros. En esta última disciplina usaba el Álgebra de Baldor, cuyos problemas resolvió en su totalidad. A sabiendas del cariño y aprecio que tenía Carlos por ese libro, yo le obsequié un ejemplar, que celosamente guardaba entre sus cosas.

8

Hermano Carlos. Te fuiste, pero te quedarás para siempre en nuestros corazones  como un hombre generoso y  honrado, cuyos principios éticos, que guiaron tus pasos vitales, se forjaron desde los tiempos estudiantiles.

 

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