UNA ANÉCDOTA
SOBRE EDGAR
CESACIÓN DEL TRABAJO
1
Nuestro hermano Edgar era un hombre amante del trabajo
honesto. Esa fue una peculiaridad de su manso carácter que se manifestó desde
la infancia, cuando empezó a desempeñar las labores más humildes para ganarse
la vida. Lo recordamos con un cajón de limpiabotas saliendo de la casa. Con ese
oficio se inició en el mundo de las faenas duras que continuaron a lo largo de
su existencia. El pensador ruso Piotr Kropotkin, que tenía título nobiliario
porque era príncipe, una vez dijo: “El trabajo de limpiabotas es más honorable
que el de un ministro”.
2
La idiosincrasia de Edgar era una mezcla de ingenuidad
con cierto humor a flor de labio, de manera permanente; y el humor de verdad es producto de cierta inteligencia
y agudeza mental.
Un viernes regresaba de su trabajo en una compañía, probablemente
una de esas compañías petroleras subcontratantes. Mientras blandía un sobre,
nos dijo:
—
¡Me
botaron del trabajo!
—
¿Y
te dijeron la causa por la cual te cesaron? —le preguntamos—.
—
Sí. Por reducción del personaje.